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Hombre Alfa
Por que entendemos quien eres

Vengarte de tu expareja gracias a las redes sociales? Piénsatelo dos veces

By | 9 diciembre, 2015

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Qué puede pasar con una foto tuya una vez la compartes en internet? ¡Cualquier cosa! Una vez se publica corres el riesgo de perder el control de la misma, así que imagina qué puede pasar si publicas un vídeo o imagen de alguien, tengas o no su autorización. Por eso, si sientes rencor, si estás enfadado con tu expareja y sientes la necesidad de vengarte, piénsatelo dos veces antes de dar a “Publicar” en las redes sociales.

“Tú me has hecho daño, pues te lo devuelvo”

En toda relación se deposita una confianza y se ponen en juego unos sentimientos. Esto hace que ante una ruptura uno de los integrantes de la pareja se sienta dañado y en algunos casos ofendido, a veces con la sensación de tener que hacer algo para impartir justicia (o lo que se siente que es justicia).

Es algo así como el “ojo por ojo”, o el “tú me has hecho daño, pues te lo devuelvo”, que hoy en día es relativamente simple de ejecutar gracias a que disponemos de información privada de la otra persona por el tiempo que hemos pasado juntos: vídeos, conversaciones, fotos, etc., que son muy golosos y útiles para publicarlos junto con algún mensaje que cuente algún secreto oscuro. Incluso se puede publicar una foto de la expareja en una web de contactos, poner su teléfono y decir que “se busca gente para mantener relaciones sexuales sin compromiso”. Vamos, que si queremos, podemos hacer mucho daño.

De verdad hay gente que lo hace?

Yo no conozco a nadie en mi círculo de amistades que lo haya hecho. Y si lo han hecho, no me he percatado. Pero sí, hay gente que lo hace. Hace dos años McAfee (la empresa de antivirus) hizo públicos los resultados de una encuesta en la que los encuestados afirmaron lo siguiente:

  • Una de cada 10 personas había amenazada con publicar una foto reveladora de su expareja.
  • El 60% de ellos llegó a cumplir la amenaza.
  • El 50% había compartido en algún momento la contraseña con una pareja.
  • Más del 56% espió en las redes sociales o cuentas bancarias de sus parejas.
  • El 48% revisó sus correos electrónicos.
  • El 45% publicaría datos de su pareja si le mintiera.
  • El 40% lo haría si le engañara con otra persona.
  • El 26% si terminara con la relación.
  • El 14% si cancelara su boda.

Y por qué hay que pensárselo dos veces?

La venganza en las redes sociales

La primera razón es porque es delito. Está tipificado en el Código Penal y penado con la cárcel. Aunque en su momento te enviara las fotos, aunque las tengas con su consentimiento, si las publicas con la intención de hacer daño y atentar al honor de la otra persona estás cometiendo un delito. Lo mismo con los vídeos y lo mismo si atentas al honor de la otra persona con mentiras.

¿Y si no son mentiras y todo es verdad? Pues entonces podrás explicar lo que quieras, siempre y cuando no publiques fotos ni vídeos, aunque entonces habrá que ver hasta qué punto vale la pena.

Cuando nos hacen daño, cuando nos sentimos heridos, tenemos la sensación de que estamos por debajo de la otra persona, humillados por su acción, y entonces aparece el deseo de venganza, un sentimiento primitivo, destructivo y violento. El objetivo es el de restituir nuestra posición, transformando la ira, la vergüenza, en algo superior, quizás orgullo, que nos sitúe de nuevo a la misma altura que el otro.

El problema es que la venganza es un acto negativo que no tiene por qué considerarse justo: la venganza puede ser tan dura como lo mal que se sienta la persona que la lleva a cabo, y su enfado no tiene por qué ser equivalente al acto que lo motiva. Dicho de otro modo, hay personas que ante una ruptura amistosa pueden sentirse humillados y dolidos, sin que la pareja haya hecho nada negativo más allá de decidir no seguir juntos, y decidan vengarse por ello.

De igual modo, puede que a ojos de una tercera persona la venganza sea más débil que el daño percibido, así que hay que diferenciar los conceptos venganza y justicia. Porque el que decide vengarse lo hace porque considera que está siendo justo, y sin embargo, como decimos, no es lo mismo.

Una vez te has vengado, ¿cuándo acabar? ¿Es suficiente con lo hecho? Porque si sigue doliendo, si el recuerdo sigue vivo, ¿por qué no seguir? Se inicia a veces una escalada de violencia y destrucción que no solo no es positiva para la otra persona, sino que tampoco beneficia en nada a quien la ejecuta. ¿Acaso va a cambiar el pasado?

Porque nada cambia. No se puede volver atrás y evitar que vuelva a suceder lo que nos hizo daño, así que… ¿cuál es la satisfacción de vengarse? ¿Ponerse al mismo nivel que la otra persona? ¿Eso sucederá de verdad, en serio te sentirás mejor después de ejercer un acto de violencia o de humillación? Y si es así, ¿de verdad queremos estar en ese mismo nivel?

No quiero con esto decir que nadie deba vengarse, ni que no deba hacerlo. Es solo un “piénsalo dos veces”. Antes de hacer nada vale la pena estudiar un poco qué beneficio sacaremos. Si de verdad nos sentiremos mejor, teniendo en cuenta que nada volverá a ser como antes porque no podremos cambiar lo sucedido, y pensar un poco en si la ruptura es culpa solo de nuestra pareja o si tuvimos algo que ver. Si queremos vengarnos es señal de que echamos toda la culpa a la exareja pero, ¿de verdad es así?

“Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él”. Sir Francis Bacon

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