Tips para usar pantalones pitillo
Desde hace ya muchos años venimos oyendo que la moda se ha democratizado. Y pese a que sea una expresión vacía como “a ver si nos vemos y tomamos un café” o “no voy a subir los impuestos”, lo cierto es que esconde algo de verdad.
Hace dos décadas el hombre que buscaba emular a sus ídolos grunge o pertenecientes a la movida madrileña se veía obligado a comprar sus pantalones pitillo en la sección femenina de cualquiera de los grandes almacenes existentes, soportando los cuchicheos de las señoras y la mirada acusadora de la dependienta, haciendo a uno sentirse como si actuara los jueves en un espectáculo de variedades con el nombre de ‘La confetis’. Sin embargo a día de hoy, gracias a la entrada en escena de las tiendas de ropa low cost (o High Street si habéis estudiado moda en el IED) y a que desde hace 15 años, como bien decía Iago Dávila, solo nacen gays que mueven el mercado, todos los hombres podemos acceder a esos pantalones que volvieron hace ya más de siete años y parece que se niegan a abandonarnos.
Pero cuidado, esta democratización no es un sufragio universal y aquí el derecho a llevarlos hay que ganárselo, y si no cumples estos requisitos, mejor que vayas a unirte a otro club.
El muslo te mide menos que el cuello
Quizá sea un ejemplo un poco exagerado, pero es simplemente para que os hagáis una imagen mental. Los pitillo, por más que nos pese a algunos, se hicieron para la gente delgada, así que si eres de esos a los que la genética ha dotado de zancos a modo de extremidades inferiores, que sepas que ya tienes el carnet de miembro sin haber hecho nada. A menos que no cumplas ninguno de los requisitos que vienen a continuación, claro, que no todo el monte es orégano.
2. El muslo no te mide más que la cabeza
El extremo contrario del punto anterior, que en este casi sí es posible. Si tienes un muslo digno de cocinar al horno, quizá sea mejor que te ahorres el ponerte unos pitillos, principalmente porque nadie quiere que parezca que va andando sobre dos conos de tráfico invertidos. Y de manera colateral, porque la cintura baja hará que vayas enseñando la hucha de manera constante. Lo mismo consigues dinero, pero novia ya te digo yo que no.
3. Tienes menos de 40 años
A no ser que seas Brad Pitt, todo hombre tiene que vestirse conforme a su edad, y hay que aceptar que los pitillo tienen una fecha de caducidad. Yo una vez tuve un profesor con más de 40 años que iba a clase con sudaderas con capucha y nadie lo respetaba. ¿Casualidad? No lo creo. Pues con los pantalones igual.
4. No eres un Teletubbie
No me refiero a que vayáis vestidos todos de un color, viváis en una pradera verde o llevéis un bolso aunque seáis hombres; pero a veces dios (o el monstruo de espagueti volador, quien sea) nos da inteligencia o sentido del estilo, y otras nos da culo. Es algo que nosotros no podemos elegir, pero con lo que tenemos que aprender a convivir. Si este es tu caso, olvídate de los pitillos o parecerás una aceituna con dos palillos. Están ricas, sí, pero nadie quiere casarse con una aceituna, que en esmoquin van fatal.
5. No tienes un cortijo ni un diente de oro
Cada prenda tiene su estilo, y está bien mezclar tendencias y no encasillarse en un grupo social, pero igual que no llevarías un diente de oro a menos que no fueras un cani o Mel C, tienes que entender la historia detrás de esta prenda, que siempre se ha relacionado con la escena artística independiente y el hipsterismo en general.
6. Llegas a los estantes de arriba en el súper
Los altos no pueden usar zapatos muy finos ni caben en los aviones, los que son muy bajitos no deberían llevar pitillos. Cada uno tiene lo suyo en esta vida.
7. No eres Roberto Carlos
Por una cuestión de practicidad, es posible que si corres en el Tour de Francia o eres genéticamente parecido a Roberto Carlos (el futbolista, no el que quiere tener un millón de amigos) los pitillos no sean la mejor opción. Unos gemelos como sandías pueden provocar que no puedas sentarte o, que si lo haces, vuelvas a casa sin pantalón.
8. No puedes dormir de pie
Dicen que un pie grande es indicativo de un gran… zapato. También es indicativo de que evites los pitillos o vas a parecer una escuadra.
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