Las 10 marcas de zapatos que debes conocer
Calidad, artesanía, diseño e innovación son las claves imprescindibles de un calzado de lujo.
George Cleverley
Hasta 1991, año en el que murió a la edad de 93, estuvo trabajando de forma incansable. Este maestro se formó en diversas fábricas y zapateros hasta que se animó a abrir su propio negocio en 1958. Fue entonces cuando la reputación de George Cleverly en el negocio se hizo señalable, sobre todo después de que ideara un zapato con punta de cincel que recibe su apellido a modo de denominación.
Al fallecer su creador, fue George Glasgow junto a su hijo quien se puso al frente de una compañía familiar referente del estilo británico en la que dicen todo el personal pasa por un periodo de aprendizaje de 3 a 5 años para garantizar el mantenimiento constante del estilo y la calidad.
Entre las curiosidades más destacadas de su curriculum figura por ejemplo el haber sido la casa responsable en exclusiva del calzado que aparece en las dos películas protagonizada por Colin Firth, ‘Kingsman’.
A Diciannoveventitre
El autodidacta Simone Cecchetto es el diseñador detrás de esta firma italiana que recibe el hombre de la conjunción de la inicial del nombre y el año de nacimiento de su abuela Augusta, A1923: A Diciannoveventitre. Comenzó como calzado experimental siguiendo el principio de la filosofía japonesa wabi-sabi que pasa por abrazar las imperfecciones e irregularidades naturales y en esa línea ha seguido trabajando.
Todas las piezas están hechas a mano aprovechando las singularidades de la piel y el resultado son zapatos artesanales de cuero con un aire contemporáneo gracias al juego de los efectos envejecidos o las aplicaciones metálicas con las que se crean sobre todo botas relajadas de lo más especiales. Sus precios rondan entre los 1.000 y los 3.500 euros.
Guidi
En una linea muy similar a A Diciannoveventitrese se mueve Guidi, una empresa en la que los diseños tradicionales se mezclan con acabados pulidos y detalles envejecidos para dar lugar a colecciones con base de cuero de espíritu rompedor.
Fue fundada por los curtidores Giovanni Rosellini y Gino Ulivo en 1896 con sede en Toscana, Italia y tienen el respeto por el material y el rechazo de la producción en masa como máximas que manejan. Un legado que ha permanecido intacto al pasar de una generación a otra de la familia sin que se pierda.
Sebastian Tarek
Sebastian Tarek pertenece a esa larga lista de zapateros londinenses cuyos inicios se remontan a principios del siglo pasado. Desde la firma trabajan en solitario cada uno de los aspectos del proceso que conlleva la creación del zapato a medida, desde el primer cálculo de la longitud hasta la última puntada.
Cada par es completamente artesanal y está diseñado al gusto y ajuste de cada cliente por unas 1000 libras aproximadamente. Dispone además en algunas tiendas multitarea una pequeña colección semi-a medida que, aunque sus zapatos no estén hechos ex profeso, permite experimentar una sensación similar de calidad y comodidad en una menor escala de tiempo.
Santoni
Calidad, pasión por los detalles y mano de obra rigurosa son los tres pilares sobre los que se sustenta esta casa “Pure Made in Italy” desde que se creó en 1975. Santoni ha sabido combinar con éxito la capacidad de hacer zapatos a medida con la evolución de la investigación y el diseño para dar lugar a modelos que guardan esa excelencia italiana que tanto ansían.
Disponible en tiendas repartidas por todo el mundo, es una de las marcas de mayor reconocido prestigio en el mundo del calzado
Magnanni
Que no te confunda su nombre porque esta marca de calzado tiene su origen en Almansa. Todo comenzó en un pequeño taller en el que creaban calzado para hombres bajo el nombre de Blangar que al ser heredado por el hijo del fundador quiso aprovechar el saber hacer de la casa al orientarlo hacia el mundo del lujo con una nomenclatura diferente que pudiera resultar más comercial en el extranjero.
Fue entonces cuando Magnanni comenzaría a viajar por todo el mundo en busca de inspiración para que después un equipo de 450 artesanos realicen en España zapatos que pueden encontrarse en los rincones más exclusivos del planeta.
Bally
1851 es la fecha registrada como momento en el que Franz Bally fundó en Suiza una empresa cuyo objetivo era crear calzado exquisito con un fuerte sentido de la funcionalidad a partir del cuero más fino.
20 años más tarde, Bally ya es uno de los principales zapateros europeos gracias a la incorporación de máquinas traídas de EEUU, un título que consolida hoy en día y al que ha incorporado la creación también de pequeñas colecciones de ropa y complementos.
Ofrece también la posibilidad de crear tu propio diseño de entre las 340 combinaciones posibles en base a materiales, estilos, suelas y colores para que se adapten mejor a tus gustos y necesidades.
Edward Green
El estilo inglés queda perfectamente reflejado en esta casa que promete que cada par está hecho en su taller de Northampton según los mismos principios que les han guiado durante más de un siglo.
60 artesanos fabrican alrededor de 350 pares de zapatos a la semana, de los cuales la mayoría son exportados a las tiendas de la firma en País así como a los principales grandes almacenes de todo el mundo tanto físicos como online.
El objetivo de Edward Green es que cada uno de los modelos merezca llevar su etiqueta para así seguir vistiendo a hombres elegantes que quieran marcar la diferencia como lo hacían dos de los clientes vip de la casa, el Duque de Windsor y Ernest Hemingway.
John Lobb
En plenos East Midlands encontramos también la sede de este artesano de zapatería masculina, al que se le atribuye el nacimiento de la bota tal y como la conocemos hoy en día para que los buscadores de oro pudieran esconder las pepitas que encontraban en la zona del tacón.
Hasta 200 fases puede llegar a necesitar un solo zapato desde que se diseña hasta que se pone a la venta, lo que supone que suelen crear unos 100 modelos al día.
Cocodrilo, avestruz, lagarto o bovino de la mejor calidad son los materiales con los que trabajan en John Lobb, cuyos modelos reciben el nombre de algunos de los clientes más célebres que los han lucido en alguna ocasión como por ejemplo el Príncipe de Gales.
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