Nunca es un buen momento para quedarse calvo, pero en función de la edad los dramas se suelen enfrentar de diversas formas. Aquí va nuestra guía para definirlos y, de paso, demostrar que en la vida todo tiene solución:
ANTES DE LOS 30
El drama de quedarte como una bombilla se suma el agravante de la soledad. Sí, soledad. Porque, ¿dónde están los veinteañeros calvos? Has leído que cada vez más jóvenes sufren de alopecia, pero mires adonde mires no ves más que chavales lozanos con insolentes cabelleras perfectas. Lo que te hace recelar de las estadísticas. Si de verdad hay un 25% de hombres que se empiezan a quedar calvos antes de los 30, ¿en qué lugar de la discoteca se esconden? ¿Acaso hay un privado para calvos y no te han invitado? No, eso no es posible. No hay salas VIP para calvos repletas de mujeres despampanantes con los ojos inflamados de deseo. Ninguna leona se aparea con un león sin melena. ¿Y no se supone que esta es la edad en la que deberías estar f*******telo todo? Peor aun, ¿no deberías estar acumulando ahora todos los recuerdos eróticos posibles antes de que sea demasiado tarde, antes de que el último pelo repose sobre la almohada y se acabe el sexo para ti? Aunque, si lo piensas bien, es posible que estés exagerando un poco…
ANTES DE LOS 40
Nunca habías sido el mejor jugando al fútbol, ni el más guapo, ni el más popular. Pero soñabas con que a partir de los 30 tendrías la oportunidad de convertirte en un madurito interesante. Tu venganza se serviría en el plato frío de la superioridad intelectual y un trabajo bien remunerado. La alopecia, desde luego, no entraba en tus planes. En los mejores días, te miras al espejo y piensas que las entradas te dan cierto aire de genio distraído. Pero luego le echas un vistazo a antiguas fotos y compruebas que el avance de los claros en tu cabeza es tan imparable como la deforestación del Amazonas. Si la cosa sigue así, tu melena no vivirá para ver los 40. Perdida toda esperanza, pergeñas un movimiento audaz: raparte al cero. Como Bruce Willis, como Jason Statham, como Vin Diesel, como Dwayne Johnson. Todos tipos duros. Has visto en internet un estudio de la Universidad de Pensilvania que asegura que los hombres rapados son percibidos como más fuertes y dominantes, y no necesitas más. Es hora de dejar a tu pelo antes de que él te deje a ti.
ANTES DE LOS 50
Tras muchos años de sinsabores laborales, de trabajar hasta tarde y perderte una docena de cumpleaños de tus hijos, al fin has conseguido el puesto que te mereces. Pero la competencia es feroz y cada año llega a la empresa una nueva hornada de jóvenes ambiciosos con ganas de comerse el mundo… y con mucho más pelo en la cabeza que tú. Si quieres mantener tu liderazgo, más vale que te tomes de una vez las malditas pastillas de Propecia. ¡Efectos secundarios a ti! Incapacidad para mantener una erección, disminución del deseo sexual, dolor en los testículos… ¡París bien vale una misa! Has leído estudios que dicen que los encargados de personal tienen un 25% más de posibilidades de seleccionar a un hombre con cabello frente a uno calvo. No son cifras para tomárselas a broma. No puedes evitar envejecer, pero sí intentar que no lo parezca. Mostrar que sigues lleno de energía y dinamismo. Jodidos tiburones de 30 años… ¿Qué harán para tener ese pelazo?
ANTES DE LOS 60
¿Por qué habría de hacerse un hombre normal, que paga sus impuestos, mantiene a su familia y nunca va en sandalias a la oficina, un injerto de pelo? Ahora lo sabes. La palabra mágica es… divorcio. Da igual de quién fuera la culpa. La realidad es que ahora has de regresar al mercado en un coche de segunda mano que lleva 30 años sin sacarse del garaje. ¿Que por qué deberías hacerte un injerto de pelo? Por lo mismo que te has apuntado al gimnasio, te has comprado un biplaza descapotable y has vuelto a salir todas las noches. El cirujano plástico te ha recomendado tantas cosas para recuperar el tiempo perdido que ya ni te acuerdas de los nombres –que si blefaroplastia, lifting…–. Pero a ti lo que más te preocupa es el tema del pelo. La última vez que ligaste tenías pelo. ¿Cómo se liga sin pelo? De hecho, ¿cómo has podido vivir todo este tiempo sin pelo? De algún modo, la alopecia ya no cuadra con tu nuevo yo. Necesitas pelo. Aunque, hasta que lo tengas de vuelta, confías en que el deportivo biplaza haga su función. ¡Es un Porsche!
ANTES DE LOS 70
Si algo bueno tiene envejecer es que puedes salir a comprar el periódico en zapatillas de andar por casa sin el menor embarazo, pasar días enteros sin afeitarte, tirarte una década con el mismo guardarropa. Se acabó el postureo y el qué dirán, el antes muerto que sencillo. Además, una abrigosa gorra de felpa es el complemento perfecto para la preceptiva rebequita de lana. ¿A quién puede importarle quedarse calvo a los 70 años? El 98% de los hombres no tiene pelo llegado a la edad provecta. Un viejete no tiene ninguna necesidad de tener pelo. ¿O sí? Porque no hay un solo abuelo entrañable en la tele que no luzca un perfecto mar de canas. Incluso esos tipos que salen anunciando dentaduras postizas, que no han sido capaces de preservar un solo diente en la boca, conservan sin embargo una melena envidiable. ¿Cómo es eso posible? Parece como si todo el mundo conspirara en contra de los calvos. Ni en los años de dulce retiro te dejan en paz. Pero esta vez no te van a hacer sentir mal por ello. Seguirás paseando en chándal camino de la obra más cercana y cuando te presenten a una señorita guapa te quitarás la gorra en señal de deferencia, y le enseñarás tu cabeza broncínea como un signo de madurez y sabiduría.
Y ella verá que es bueno.
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Láser capilar: También llamado LLLT o láser de baja intensidad, favorece la oxigenación del cuero cabelludo y el aporte de nutrientes a los bulbos pilosos, pero no impide su caída hormonal.
Plasma rico en plaquetas: Ha demostrado que puede aumentar el grosor y la vitalidad de los tallos pilosos, gracias a su capacidad para estimular la regeneración de los tejidos. E incluso favorecer la creación de pelo nuevo.
Microinjerto capilar FUE: Frente a la técnica de injerto tradicional con tiras enteras de pelo, en el método FUE se eligen unidades foliculares de entre uno y cuatro pelos que se pasan de la zona donante a la zona receptora uno por uno. En 48 horas el paciente puede hacer vida normal, ya que no hay puntos de sutura, y el resultado es más natural.
Fibras de queratina: Son una solución meramente cosmética, pero funcionan. Se adhieren al pelo por electricidad estática, se fijan al cabello con laca y le devuelven su grosor y densidad.
Minoxidil y Finasteride: Son los dos únicos medicamentos realmente eficaces para detener la calvicie androgenética.
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