estrategias para ser más influyente y conseguir lo que quieres.
Eres influenciado o influenciador? En cierta medida todos somos influenciados por tutores, gustos, religión, etc. Pero ¿cuántos pueden decir que son influenciadores? Tener el poder de influenciar a los demás no es tarea fácil, y por esto mismo es que son pocos los que cuentan con esta habilidad.
Martin Luther King, Hitler, Mandela y Napoleón, son solo unos pocos ejemplos de personas que para bien o para mal, lograron influenciar a las masas; hasta el punto que crearon movimientos para apoyar sus causas.
¿Cuáles fueron sus estrategias para ser más influyente?
Robert Cialdini es profesor de psicología y marketing en la universidad de Arizona, autor de bestsellers, orador y es mundialmente conocido por sus estudios sobre la influencia. Prueba de esto es su libro Influencia: La psicología de la persuasión, el cual ha vendido más de 3 millones de copias y ha sido traducido a más de 30 idiomas. En este libro, Robert comparte 6 reglas, mediante las cuales podemos convertir un “no” en un “sí”.
Estas reglas buscan detonar esos “accionadores” que nos permiten influenciar; de forma tal que la otra persona se convence de nuestra idea porque le resulta más sencillo adoptarla rápidamente, que ponerse a pensar si está haciendo lo correcto o no.
Reciprocidad.
Los seres humanos tendemos a devolver los favores que nos hacen, puesto que no nos gusta ser vistos como los “desagradecidos”. Al recibir algo que no hemos pedido, inmediatamente adquirimos una deuda.
Por ejemplo, diferentes empresas “prestan” productos a clientes potenciales para que los prueben por un tiempo, después de esto, para esos clientes es más difícil no comprarlos. También lo vemos en los supermercados cuando nos ofrecen la “muestra gratis”, después de probarla, somos más propensos a llevar el producto.
2. Compromisos y consistencia.
¿Te gusta ser visto como una persona que cumple con su palabra? Nuestra sociedad valora eso, así que lo podemos utilizar en nuestro favor. Una vez las personas toman determinada posición, ya no tienen que pensar de nuevo, y les resulta más fácil mantenerse firmes en su decisión.
3. Aprobación social.
Entre más personas realicen la misma acción, empezamos a pensar que es más y más correcta. No importa que sean tendencias erróneas o fabricadas; si muchos lo hacen, “tiene más validez”. Robert da algunos ejemplos, como los recipientes con propinas en los bares. Los bartenders meten algunos billetes para que parezca que los clientes están apoyando las donaciones y así todos los clientes piensen que deben hacer lo mismo.
También da el ejemplo que todos hemos visto en las series de comedia: las risas del público que buscan darle más validez al chiste y hacer que nos riamos también. Robert asegura que esto hace que los espectadores rían más tiempo y más seguido.
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