Estilos de vestir para caballeros
La semana pasada Bernhard Roetzel reflexionaba para nosotros sobre los secretos del arte del ‘bespoke’. Desde la publicación de su primer manual, hace dos décadas, la moda masculina se ha convertido en una de sus batallas favoritas. Acaba de publicar ‘A Gentleman’s Lookbook‘, un libro que gasta un título tan preciso y certero como su visión estética. Desde GQ le hemos pedido que nos dé doce consejos para convertirnos en hombres de bien, y esto es lo que nos ha contado. Allá vamos:
1. LA FORMA. Hay que saber elegir el color de un traje, pero más importante es la proporción. Frente a la creencia general que afirma lo contrario, la prioridad siempre debe ser la medida; y a continuación, el color.
2. SÉ PRÁCTICO. Si no eres un gran experto en moda masculina clásica, no hagas experimentos raros. Empieza siempre por lo sencillo, por las reglas básicas universales. Azul marino o gris marengo para los trajes de negocios, marrón o verde oliva para el fin de semana.
3. LO ESENCIAL. La elegancia ni empieza ni termina con el traje. La elegancia es un estado mental que va más allá de la ropa. Lo importante es la relajación de las formas y tu actitud: cómo te mueves, cómo te sientas, cómo hablas, etc. Puedes ser elegante si vistes vaqueros y sabes moverte como dios manda. Fred Astaire era elegante por las prendas que llevaba y por su forma de expresarse cuando no bailaba.
4. TUS ALIADOS. Cuando alcances la categoría de experto, elige siempre a los grandes maestros del ‘tailoring’. En Londres, Henry Poole & Co y Anderson & Sheppard; en París, Cifonelli y Camps de Luca; en Nápoles, Sartoria Panico; y en Milán, Sartoria A. Caraceni. En Madrid, acude a las sastrerías Serna y Langa.
5. LA PAJARITA. Si te gustan las pajaritas, tira de ellas. Negra, con esmoquin; blanca, con frac. Siempre que vistas una camisa, puedes sustituir la corbata por una pajarita. Eso sí, solo en situaciones más informales (no la uses para ir a trabajar). Lo mejor de este complemento es que puedes ponértelo con un ‘blazer’, un cárdigan, unos ‘jeans’ o unos pantalones de pana.
6. ¿CINTURÓN O TIRANTES? Si vistes traje, usa siempre tirantes. Los hay de dos tipos, de pinzas y con latiguillo (estos exigen dos botones interiores para sujetarlos), y siempre consiguen que la caja del pantalón se asiente mejor. Cuando te pongas unos pantalones ‘casual’, usa cinturón.
7. SOMBREROS. No temas los sombreros. Tanto si vistes de traje como si te pones algo más informal, el sombrero es un complemento que siempre encaja bien. Elige las versiones clásicas: la fedora, el homburg, el trilby…
8. ¿ZAPATILLAS? Llámame aburrido, pero las zapatillas con traje es algo que no me termina de convencer del todo. Lo respeto, pero no lo comparto.
9. ACCESORIOS. Sobre los accesorios que deben acompañar a un traje, menos es más. Además del pañuelo de bolsillo, solo admito una pequeña flor en la solapa. No me gustan los pasadores de corbata ni tampoco los pins de solapa. Sobre los gemelos, no me parecen imprescindibles. Los uso, pero no muy a menudo. No hace falta que te diga que las pulseras, los brazaletes y otros cachivaches no me gustan.
10. LA CAMISA NEGRA. La camisa negra no existe para mí. Eso sí, me gustan los trajes negros de pana, por ejemplo. A la manera en que lo vestían los existencialistas franceses, los hombres del sur de Italia o los campesinos del País Vasco con sus boinas.
11. ZAPATOS (I). Los zapatos siempre deben ser más oscuros que el color del traje. Marrón chocolate o negros.
12. ZAPATOS (y II). Los de cordones son ideales para el otoño y el invierno. En primavera y verano, elígelos con hebilla, tipo ‘monsktrap’.
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