Si alguna vez te has preguntado cómo hacer un batido de proteínas, podrías pensar que la parte trasera de tu tina tiene la respuesta para ti: simplemente saca un poco de proteína en polvo, agrega agua, agita bien la mezcla y ahí lo tienes.
Eso no es cierto, pero tampoco es toda la historia. Si encuentra una opción que le guste (por ejemplo, una proteína de suero si le gustan los lácteos, u opciones sin lácteos como semillas de cáñamo o proteína de guisantes si prefiere fuentes de proteínas de origen vegetal), definitivamente puede preparar un batido con sólo una o dos cucharas medidoras y un poco de líquido. Sin embargo, si está dispuesto a dedicar un poco más de tiempo y energía, puede utilizar alimentos integrales para crear una bebida rica en proteínas que sea perfecta para su paladar y sus objetivos dietéticos.
No importa la variedad que elijas, todos los batidos tienen una cosa en común: aportan una potente porción de proteínas. Y eso es importante porque después del ejercicio, su cuerpo está preparado para absorber nutrientes, dice Amy Stephens, MS, RDN, dietista registrada y especialista certificada en nutrición deportiva. En el caso de las proteínas (especialmente cuando se combinan con carbohidratos), estas ayudan tanto a la recuperación muscular como a la hipertrofia muscular (o crecimiento muscular). Un batido de proteínas, añade Stephens, es “una forma fácil y cómoda de obtener estos nutrientes sin tener que preparar la comida”.
¿Qué cantidad del ingrediente del mismo nombre debe contener un batido de proteínas? Depende de algunos factores, incluido si lo está comiendo como refrigerio después del entrenamiento o como reemplazo de una comida, dice a SELF Jason Machowsky, MS, RD, nutricionista deportivo y fisiólogo del ejercicio clínico registrado. Si es lo primero, debes aspirar a consumir entre 25 y 35 gramos de proteína, dice. En este último caso, entre 10 y 20 gramos deberían ser suficientes, afirma Stephens.
A la hora de preparar tu propio batido, no sólo debes pensar en el contenido de proteínas, sino también en el sabor y la textura. Para obtener más información sobre cómo lo hacen los profesionales, les pedimos a Machowsky y Stephens que nos guiaran a través del proceso de preparación de un batido de principio a fin.
1. Elige tu base.
Dependiendo de la consistencia que desees, puedes utilizar un líquido completo o algo más fuerte como yogur o requesón. De cualquier manera, tienes toneladas de opciones, desde productos lácteos reales hasta alternativas de origen vegetal.
Deja un comentario