Autoexigencia una accion recomendable para tu salud
Sabías que la autoexigencia es buena para tu salud? Algo que puede que siempre hayamos considerado negativo, tiene muchos beneficios.
La autoexigencia es la capacidad que tenemos para motivarnos a nosotros mismos. Esa exigencia que procede de nuestro interior para ponernos a hacer las cosas y conseguir las metas que nos proponemos.
Aunque puede que aún no te lo creas, la autoexigencia es buena para tu salud. Aunque, claro está, todo es bueno en su justa medida. Las personas con una baja autoexigencia necesitan que alguien las impulse a conseguir lo que desean alcanzar.
Pongamos un ejemplo. Una persona con baja autoexigencia se conformará con hacer las cosas de bien a medianamente bien. Sin embargo, alguien con una buena autoexigencia intentará hacerlas cada vez mejor hasta rozar la excelencia.
La autoexigencia evita que te estanques
Todos sabemos lo que conlleva estancarse. Esa sensación de estar en piloto automático, haciendo siempre lo mismo, con las mismas ganas, sin progresos, sin mejoras. Esto nos frustra y hace que nos sintamos completamente insatisfechos.
Esto no sucede si somos autoexigentes porque la autoexigencia permite tener siempre una meta a la que llegar, un nuevo reto que lograr, aunque este sea muy pequeño.
Por ejemplo, imaginemos que tenemos un trabajo muy aburrido que implique hacer siempre lo mismo. Como poner la misma pieza en el mismo lugar repetidamente o introducir datos en el ordenador.
Una persona autoexigente pensaría en cómo hacer que este trabajo se convirtiese en todo un reto. Para ello, puede que se ponga algunos de los siguientes objetivos:
- Prestar más atención para no tener que preocuparse en revisar el trabajo hecho.
- Intentar concentrarse durante los minutos que considere paraaprovechar mejor el tiempo y terminar antes su labor. Así podría regalarse unos 5 minutos para relajarse, despejarse y volver al trabajo con más fuerzas y ganas.
- Intentar innovar utilizando otra técnica para hacer el trabajo de una mejor manera.
Como podemos ver, la clave es no aburrirse, porque ¿qué ocurre cuándo nos aburrimos con lo que hacemos? Que vamos al trabajo sin ganas, nos sentimos de mal humor, estamos hartos. Esto no nos beneficia. Nuestro objetivo siempre tiene que ser sentirnos bien, felices y a gusto.
Te permite descubrir hasta dónde puedes llegar
La autoexigencia tiene otra parte buena y es que nos permite saber hasta dónde podemos llegar. Está claro que todos tenemos límites y que la perfección es algo relativo. Pero ¿cuál es nuestro punto álgido?
Las personas que no practican la autoexigencia se quedan a medias siempre. A menos que alguien les dé el empuje que les falta y les motive para dar más de sí mismos, nunca intentan descubrir esto por ellos mismos.
Esto no ocurre con las personas autoexigentes. Ellas intentan superarse para saber hasta dónde son capaces de llegar, cuántos límites que se han impuesto por determinadas creencias son capaces de transgredir.
Las personas así suelen llegar muy lejos, pero no caen en la perfección. Esto es lo que las hace realmente únicas, porque saben que la perfección no existe. Así que se buscan a ellas mismas en el punto más álgido, siendo conscientes de su autenticidad.
Se puede decir que la autoexigencia te ayuda a conocerte mejor para así ser consciente de tus fortalezas, de tus capacidades, pero también de sus debilidades. Esto tiene otro beneficio para la salud: mejora la autoestima.
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