Alfabeto emocional de Dr. Hitzig.
El Dr. Juan Hitzig dice “no hay duda de que el ser humano vive cada vez más. ¿Cómo hacer para que esta longevidad no sea una acumulación de dolencias y enfermedades, sino que dé paso a etapas vitales plena de experiencias y desarrollo personal?”. Sin duda, es una buena pregunta. Para él, la clave está en la gestión emocional. Para ayudar precisamente con esta tarea hoy os hablamos del alfabeto emocional del Dr. Hitzig.
Este médico es especialista en biología del envejecimiento, cronicidad y estrés. También, ha trabajado durante muchos años en geriátricos, investigando las características de aquellas personas más longevas con mayor calidad de vida.
El estudio de Hitzig con los mayores
Del su estudio con las personas mayores extrajo una serie de conclusiones interesantes. Encontró que tenían en común la capacidad que tenían para el manejo de emociones negativas, evitando el estrés emocional.
Aunque el envejecimiento es un fenómeno inevitable, sí que se puede modificar el ritmo al que se envejece. Y esto es así porque la influencia que ejercen nuestras emociones y pensamientos sobre las hormonas y el sistema inmunitario es muy importante. Para el Dr. Hitzig, esta es la causa principal del envejecimiento prematuro y del deterioro de nuestros sistemas.
Se debe a que nuestros pensamientos dan paso a emociones relacionadas y estas a un movimiento neuroquímico asociado que influye en las hormonas. Por eso, un pensamiento negativo puede traducirse en un malestar físico.
Por este motivo, el alfabeto emocional del Dr. Hitzig ayuda a gestionar este estado, evitando lo que se denomina “mala sangre”. Te explicamos cómo aplicarlo.
Qué es el alfabeto emocional del Dr. Hitzig
Este alfabeto divide las conductas en R y S y las actitudes en D y A. Los pensamientos negativos llevan a conductas con R, que son:
- Rabia.
- Rencor.
- Resentimiento.
- Recazo.
- Reproche.
- Represión.
- Resistencia.
Todas ellas generan estrés; un cambio que tiene su correlato a nivel fisiológico en el hormona cortisol. Cuando estas conductas se mantienen en el tiempo, el cortisol permanece en altas concentraciones en nuestra sangre. Y, por tanto, daña los tejidos arteriales y las células cerebrales. Todo esto conlleva un aumento en el riesgo de padecer enfermedades vasculares.
Las citadas conductas R, hacen que se produzcan actitudes D:
- Depresión.
- Desesperación.
- Desolación.
- Desánimo.
Por el contrario, los pensamientos positivos producen conductas S, que son:
- Serenidad.
- Sociabilidad.
- Sabiduría.
- Sueño.
- Sexo.
- Seducción.
- Sonrisa.
- Sabor.
- Silencio.
Generan serotonina, con S, un neurotransmisor que mejora la calidad de vida. De hecho, regula el estado de ánimo, evita la depresión, reduce la agresividad, regula el ciclo del sueño, etc.
Según el Dr. Hitzig, reduce, por tanto, el envejecimiento celular. Lo que hace que se produzcan actitudes A como las siguientes:
- Amor.
- Amistad.
- Aprecio.
- Acercamiento.
- Ánimo.
De lo cual, este doctor dedujo que lo que sucede cuando nos hacemos “mala sangre” es que se produce un déficit de serotonina y un exceso de cortisol
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